Habla del pan sin pan
En el comer se concentran las coordenadas básicas
de nuestros modos de estar en el mundo; comer, como necesidad, nos iguala a los
humanos de todos los siglos y lugares (y a los bichos!) tanto como –en su
organización- nos diferencia hasta el punto de la fascinación y el asco. Entre
la ansiosa voluptuosidad de incorporarlo todo (“globesidad” es una epidemia de
la época) y el rechazo anoréxico del mundo como disruptor de la mismidad individual;
entre la riqueza impúdica y su cocina exquisita -que consagra el sabor pero
niega el hambre-, y el padecimiento de los casi mil millones de personas
subalimentadas en el mundo, el historiador de las ideas Paolo Rossi (italiano
muerto el año pasado) estudia distintos aspectos constitutivos del acto
necesario por naturaleza –y que evidencia la condición siempre cultural de
nuestra naturaleza.
Rossi repasa aspectos como las practicas de
ayuno religiosas, las huelgas de hambre, el canibalismo, la neurología del
sabor y el olor, y las distintas “obsesiones por la comida” actuales: los
regionalistas abanderados en lo “genuino”, los “etnicistas” que gustan pasando
el mundo entero por su boca, los “Fast-foodistas”, y los “salutistas” u “ortoréxicos”,
es decir, los fanáticos de la correctitud alimentaria, que no ven comida sino
nutrientes (o su ausencia).
Sin embargo, la atractiva propuesta del libro
se remite a un repaso de erudición amable sobre las distintas materias, y,
fuera del interesante señalamiento de que la anorexia es la primera enfermedad
de la historia con militantes propagandistas, el libro carece de osadía
intelectual y de propuestas de entendimiento originales.
[publicado en Rolling Stone]
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