Basándose en la película de Roy Andersson Canciones del segundo piso, Magnus (porteño, 1974) pergeño una novela situada en Suecia a días del año 2000, compuesta por microhistorias interconectadas, en capítulos de una brevedad que pareciera corresponderse con la dimensión histórica y moral de sus personajes, pequeños hombrecitos frustrados, corrompidos, sentados en permanente silencio en el mejor de los casos. En Estocolmo, capital de un país de gente blanca, grande, fría, con calles pulcras como si no fueran el exterior sino parte de un interior mas amplio, todas las escenas –casi viñetas- tienen como telón de fondo el mayor embotellamiento que recuerde la nación, causado por una secta que asegura imprescindible sacrificar a una joven virgen arrojándola desde un precipicio para evitar el Apocalipsis del cambio de siglo.
Bajo esta atmósfera de extraña tragedia, de gracia gris, Magnus (ganador del premio La otra orilla con su divertida Un chino en bicicleta) narra muy cerca de sus personajes: un mago que serrucha por accidente –o destino verdadero- el abdomen del voluntario de ocasión; un gerente de recursos humanos atormentado por “tener” que ejecutar, caso a caso, un plan de despidos masivos; hombres diminutos y acobardados, casi una versión humana del vacío. Expuestos con una suerte de humor piadoso, transportan una crítica filosa a la sociedad hiper civilizada. Lo que se dice bien escrito: cada frase instala un punto sensible, las escenas se requieren sin atropellarse, la prosa con reflexiones justas y floreos lacónicos; una precisión, inteligencia y peso en la hoja coherentes con la calidad material de edición de Eterna Cadencia.
[Publicada en Rolling Stone]
No comments:
Post a Comment