Friday, June 29, 2012

Reseña de La Cuadratura de la Redondez, de Ariel Magnus (Interzona)


Locura ricotera
Ariel Magnus inventa un filólogo enloquecido en su interpretación sistemática de las letras más movilizantes del rock en castellano.


La cuadratura de la redondez. Interpretación anotada de las letras de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. 

Ariel Magnus –Bs. As., 1975- cuenta que llevó su computadora a arreglar, y el gordo pelado del local informático Kazachok se la devolvió con una carpeta de archivos de regalo, que contenía el trabajo de un filólogo –Atila Schwarzman- que hizo una lectura interpretada de las letras de Patricio Rey y sus redonditos, editada, luego, para su publicación, por un pequeño séquito de beodos del filólogo, que agregan incontables notas al pie donde ellos a su vez interpretan al “redondólogo”, además de incluir sus peculiares lecturas de las letras y chicanearse por doquier. Y aun Magnus –que firma solo la primera y la última pagina del libro, oficiando de descubridor del material- vuelve a interpretar todo el paquete... Ese carácter huidizo del origen de las palabras homenajea al fundamento misterioso de la banda, Patricio el Rey.
Los análisis de Schwarzman son cada vez más delirantes, y cuenta el séquito que terminó en un loquero. Interpreta letra por letra de los primeros discos; termina con una especie de dialogo glosado hecho todo de frases el Indio. Las pastillas de Música para pastillas “aluden a todo aquello capaz de convertir una energía en otra”, “la bestia pop” se refiere al cine como genero; el devoto exégeta es bien ocurrente, y acaso el proyecto sea de comedia (una del séquito, extranjera, oye “¡fue gol, fue gol!” en el “fuego, fuego” de Humano roto y mal parado).
Lo que muestra Magnus (autor de novelas como El hombre sentado y Un chino en bicicleta) es que cualquier cosa puede leerse en las letras del Indio. Burla a las interpretaciones develadoras o descifrantes de lo que “quiso decir” el poeta: son cualquiera, poco serias, y Magnus las caricaturiza, extremando los vicios académicos como el dogmatismo, la perdida de relación real con el mundo, el internismo institucional de las interminables notas al pie; sobre todo el absurdo de aplicar ciencia a la poesía. Su método es el cualquierismo: “esto está muy Shangai” significa “patas para arriba, como están los chinos vistos desde aquí”, “No se muy bien sobre que pierna bailo”, “a veces me agarra” y “gas nervioso” se refieren a La Renga, Virus y Soda Stereo respectivamente. Mas allá de la parodia al academicismo (que por otra parte es golpear puertas ya abiertas),  las cosas que en potencia pueden ser evocadas, vividas, en las letras de la banda, quedan relegadas tras el impuso cualquierista: todo al fin y al cabo es un chiste. En ningún momento parece que se diga algo porque es importante que se diga. Ese carácter necesario, imprescindible, que adoptan las letras ricoteras en su uso y recreación, es olvidado por una lectura para la cual la apertura a cualquier cosa puede prescindir del peso de las cosas y quedarse con el cualquiera, concluyendo que todo da lo mismo.

 Por AjV; fue publicada en Rolling Stone una version mas breve.

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